Prevención e higiene bucodental
Existe una variedad de problemas asociados directamente con una incorrecta o insuficiente higiene dental. Si no tratamos a tiempo los problemas dentales estos pueden derivar en enfermedades que pueden mermar nuestra salud.
Los problemas y enfermedades dentales más habituales son:
- Caries.
- Placa bacteriana y sarro.
- Halitosis.
Los problemas y enfermedades periodontales más habituales son:
- Periodontitis.
- Gingivitis.
- Cáncer de boca.
Los hábitos para establecer un correcto patrón para la higiene bucodental se basan en cuatro pilares:
- Cepillado dental.
- Limpieza interdental con hilo dental y cepillos interproximales. Limpieza de la lengua.
- Enjuague bucal y refuerzo con colutorios.
- Visita periódica al dentista.
CEPILLADO DENTAL
Cada vez que ingerimos cualquier alimento o bebida (especialmente los azucarados y carbonatados) quedan restos que perjudican nuestra salud dental. La buena higiene bucodental se basa en un correcto cepillado. Lo correcto sería realizar un cepillado tras cada comida realizada pero en su defecto dos veces al día o al menos respetar el cepillado dental posterior a la última comida antes de dormir. Lo ideal sería realizar dos o tres cepillados al día.
Como se ha mencionado, existen determinados alimentos que pueden acelerar el proceso de aparición de problemas dentales al igual que otros alimentos pueden realizar ciertas funciones positivas. En cualquier caso, el cepillado dental es nuestro primer aliado para mantener y a segurar una correcta higiene bucodental.
CEPILLADO BÁSICO
El cepillado de los dientes elimina la placa bacteriana y otros residuos de alimentos de las caras externas, internas y de masticación de los dientes.

Coloque el cabezal del cepillo a lo largo de los dientes, con la punta de los filamentos en ángulo de 45° hacia el borde de las encías.

Cepille suavemente realizando pequeños movimientos circulares.

Cepille de este modo las superficies exteriores e interiores de todos los dientes siguiendo el contorno de las encías.

Para limpiar las superficies de masticación, coloque los filamentos del cepillo sobre ellas y realice movimientos en dirección horizontal en uno y otro sentido.

Cepille las superficies internas de los incisivos superiores e inferiores colocando el cepillo en posición vertical y haciendo varios movimientos suaves arriba y abajo.

Limpieza interdental con hilo dental y cepillos interproximales. Limpieza de la lengua.
USO DEL HILO DENTAL

Corte aproximadamente 50 cm de seda dental y enrolle la mayor parte en uno de los dedos medios. Enrolle el resto de la seda en el mismo dedo de la mano opuesta. Este dedo puede ir recogiendo la seda dental a medida que se va usando. Tense un trozo de unos 2 a 3 cm de seda utilizando los dedos pulgares y los índices.

Introduzca la seda entre los dientes con un suave movimiento de sierra. Cuando la seda llegue al borde de las encías, cúrvela en forma de "C" contra uno de los dientes y deslícela suavemente en el espacio entre la encía y el diente hasta que se aprecie cierta resistencia. Nunca aplique el hilo dental contra las encías de forma violenta.

Frote la seda contra el diente para eliminar los restos de alimentos y de placa.
USO DEL CEPILLO INTERPROXIMAL
- Utilice el tamaño de Interproximal más adecuado para cada espacio. El cepillo debe introducirse holgadamente, de modo que sean los filamentos, y no el alambre, los que estén en contacto con los dientes.
- Mueva el cepillo desde dentro hacia fuera, sin hacerlo girar.
- La mayor parte de cepillos interdentales o interproximales pueden curvarse para encontrar el mejor ángulo de limpieza.
LIMPIEZA DE LA LENGUA
La lengua es el lugar donde se acumula la mayor cantidad de bacterias de toda la cavidad bucal. Es importante limpiarla diariamente para mantener un aliento fresco y una buena salud oral.
- Limpie primero la parte central de la lengua, utilizando la cara del limpiador que presenta un saliente. Para ello, sujete el limpiador lingual por el mango de modo que el saliente quede en la parte inferior.
- Saque la lengua e introduzca el limpiador lingual en la boca intentando alcanzar la parte más lejana de la lengua
- Arrastre el limpiador por el centro de la lengua hacia la parte delantera de la boca.
- Aclare el limpiador con agua.
- Limpie los laterales de la lengua utilizando la cara lisa del limpiador. Aclare el limpiador después de cada pasada.
Enjuáguese abundantemente con agua al terminar. Durante los primeros días de uso es posible que el limpiador le provoque una sensación de náusea. Con el tiempo, esta sensación desaparecerá y podrá ir alcanzando las zonas más lejanas de la lengua. Tras la limpieza de la lengua y el cepillado dental, el uso diario de enjuague bucal elimina completamente los problemas de halitosis (mal aliento).